Conversaciones con…

Mariannick Garel

Directora de Comunicación, RRPP y Enoturismo de Bodegas Luis Cañas

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“La tecnología no es un fin en sí misma, sino un medio para alcanzar nuestros objetivos”

La digitalización es un fenómeno imparable que ha transformado sectores de todo tipo, y el mundo del vino no es una excepción. Sin embargo, para empresas con una herencia tan profunda como Bodegas Luis Cañas, la clave no está en adoptar la tecnología por sí misma, sino en cómo esta puede integrarse para mejorar procesos y experiencias sin comprometer los valores que las definen.

La bodega destaca por su esfuerzo inquebrantable con la tradición y el respeto por la historia familiar que ha guiado su trabajo a lo largo de los años. «Tenemos un fuerte compromiso con la calidad y nuestra región”, comenta Mariannick Garel, directora de Comunicación, RRPP y Enoturismo de Bodegas Luis Cañas. “Nuestra diferenciación reside en nuestra conexión con el entorno medioambiental y social”, añade, así como en “nuestra intención de mantener la cohesión del territorio”.

Pero, ¿cómo garantizar que los productos conserven su autenticidad en plena digitalización? “Las herramientas tecnológicas no afectan nuestra esencia. Son un mero medio, no un fin”, explica el equipo de Comunicación de la bodega. “Debemos tener la vista puesta en nuestros objetivos y valores y elegir aquellas soluciones que nos ayuden a lograrlos”, aseguran.

La digitalización ha sido acogida con una precaución especial en la bodega. “El riesgo que más nos preocupaba era perder el vínculo humano con el usuario”, confiesa Mariannick Garel. La introducción de una plataforma de reservas “ha sido un cambio importante, pero nos hemos asegurado de que este nuevo canal mantenga la cercanía con el visitante”, asegura la directora de Comunicación. «Dos empresas que tengan la misma plataforma pueden hacer un uso completamente diferente de ella», añade.

En Bodegas Luis Cañas, la digitalización ha permitido modificar los procesos tradicionales, agilizando áreas clave sin interferir en la experiencia física y sensorial del vino. “Aunque en un principio hubo cierto temor ante los cambios, con el tiempo el equipo ha sido consciente de los beneficios de la tecnología”, afirma Garel.

Entre ellos, la obtención de un activo que en el sector es valiosísimo: los datos del cliente final. “Es vital en un contexto como el nuestro, donde el producto pasa por muchos intermediarios antes de llegar al consumidor final. Contar con estos datos nos da una oportunidad única para conocer mejor a nuestros clientes y optimizar estrategias de comunicación futuras”, resalta Garel.

Bodegas Luis Cañas ha logrado integrar la tecnología de manera equilibrada, manteniendo sus valores y adaptándose a los nuevos tiempos sin sacrificar la calidad ni la familiaridad con sus clientes. Han comenzado por áreas clave como la financiera, la gerencia, la producción y el enoturismo, pero el proceso está lejos de terminar. «Estamos con todos los frentes abiertos», explican, señalando que la transformación digital es un trabajo en constante evolución.

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